Sólo Nosotros

Quan había dejado la habitación para ir a encender el fuego para calentar ambas yurtas puesto que ya estaba amaneciendo; mientras él se había quedado en la cama, leyendo uno de los libros que había comprado en medio de su viaje. Planeaba terminar de leer el capitulo en el que estaba e ir a ayudar al menor, pero terminó por leer otros dos más antes de darse cuenta de que ya había pasado un buen rato. De seguro Quan ya había terminado a esas alturas y... ya debería haber vuelto.

Marcó la pagina y dejó el libro sobre las sabanas antes de levantarse e ir hacia la otra yurta. Normalmente lo guardaba porque Ganesh le daba por agarrar todo lo que encontraba, pero había dejado el can en el templo junto a Padma.

Al asomarse esperaba encontrarse al mongol en otra tarea que lo haya retrasado en llegar a la cama, pero Quan ni estaba ocupado, sino que recostado entre los cojines, al lado del fuego mientras parecía dormitar.

─ Si tenías sueño deberías haber vuelto a la cama. ─murmuró, sonriendo por la escena, acercándose para sentarse al lado del menor. Miró un instante el fuego y luego al mongol, reparando en sus facciones y en cómo la luz del fuego las acentuaba más, esto le hizo pensar en lo masculino que se ve ahora comparado a cuando lo conoció.─ Quién iba a imaginar que terminarías siendo tan guapo. ─susurró muy por lo bajo, sonriendo por sus palabras que le causaban algo de gracias.

La idea era solo ir a prender fuego para que las yurtas se pudieran temperar antes de iniciar como tal el día. Tristemente el verano se estaba acabando y las mañanas demasiado fría delataban cada vez más como el otoño entraba a pasos agigantados al país.

Había que preparar el desayuno, poner el agua a calentar y... los almohadones se veían tan cómodos... junto al fuego debería estar calentito... no había problema sí se acostaba durante cinco minutos ¿cierto? Solo para comprobar si se estaba tan cómodo como parecía.

Se recostó sobre su almohadón favorito y suspiró al darse cuenta que si se estaba muy a gusto. Cerró los ojos lo que parecieron un par de segundos antes de darse cuenta que esos segundos se extendieron demasiado y que al parecer se quedo dormido. Frunció apenas el ceño y fue abriendo los ojos de a poco para ver que Soi'nam estaba sentado a su lado.

─ Hey... ─bostezo y se apoyó sobre sus codos para alzarse un poco y mirar al otro con una sonrisa adormilada─ Creo que me dormí...

Alzó ligeramente sus cejas al verlo bostezar, sintiendo ternura por la sonrisa que le daba el otro.
─ Por un rato. ─tomó con su derecha el mentón del menor para acariciarlo, pasando luego a su mejilla.─ Si aún sigues con sueño vuelve a dormir. ─él se ocuparía del desayuno, no tiene problema en hacerlo.

Siguió con las caricias, hasta que se detuvo para acomodarse más cerca y así poder encorvarse un poco para besarle la frente.

Siente que fue un rato demasiado largo, pero que seguiría extendiendo de poder seguir junto al fuego.

─ No, ya estoy despierto ─aseguró, cerrando los ojos unas vez más, disfrutando por completo de esas caricias, aunque acabó por volver a mirar al otro al notar que se encorvaba, lo cual aprovechó para alzarse y robarle un beso en los labios─ Si, mucho más despierto ─dijo con una risita baja.

Si bien le sorprendió el beso no lo demostró, sólo sonrió y le dio una rápida mirada a los cojines antes de tomar el rostro del mongol por las mejillas con ambas manos.
─ Para mi aún sigues medio dormido ─y se agachó de nuevo para, esta vez, él besarle en los labios.

A estas alturas no siente la necesidad de un porqué hacer esa clase de acciones, y gracias a eso ya no se da tantas vueltas, sólo lo hace y ya. Claro, sólo ciertas acciones...

─ ¿Tienes mucha hambre? ─preguntó contra sus labios, aumentando la distancia entre ellos al sentarse erguido de nuevo.─

Estuvo a punto de decir que no, que no seguía medio dormido y que ahora estaba perfectamente lucido, pero el beso lo tomó desprevenido y le dejo callado unos momentos. Amaba cuando Soi'nam tenía esos gestos.

Sonrió contra sus labios antes de que el tibetano se alejara─ No tanta en realidad, estoy demasiado cómodo como para sentir hambre ¿Tú si? ─mientras hablaba acabó por sentarse frente al otro y se estiró con más que evidente pereza.

¿Deberías sentirse mal porque poco a poco le ha estado tomando el gusto a dejar a Quan callado?

─ No, no tengo. ─sonrió con cariño al verle estriarse de esa manera, contagiándose un poco de esa pereza. En ese instante pensó en lo cómodo que deberían estar los cojines como para que el menor se recostara en ellos, y eso quiso comprobarlo ¿cómo? Primero se acercó a Quan para abrazarlo por debajo de los brazos y luego se inclinó hacia el costado, llevándose consigo al menor, cayendo juntos de lado sobre los cojines.

─ Hace años no me sentía así ─"de perezoso".

Si, debería sentirse mal, pocas cosas hay tan malas como el hecho de callar a un mongol... al menos según ese mismo mongol, aunque si lo sigue haciendo a base de besos no se va a oponer.

Bueno, preguntarle a Soi'nam sobre el hambre no tiene mucha validez teniendo en cuenta que hace ayunos y come bastante poco (a sus ojos al menos).
De todas formas en algún momento hay que ir a comer ─dijo antes de ser abrazado y arrastrado de vuelta a las cómodas garras de los cojines. El desayuno se iba a aplazar bastante.

─ Los almohadones y el calor del fuego no son una buena combinación para cuando necesitas ir a hacer cosas ─se rió un poco, apegandose tanto como podía al cuerpo del otro.