[Abogadoxestudiante]

Siendo día viernes, estaba bastante impaciente para que acabaran las clases. Todos sus compañeros estaban haciendo planes para el fin de semana, algunos queriendo organizar desde ya las fiestas de Halloween o ir a comprar los disfraces y maquillajes para la ocasión, del mismo modo en que otros querían aprovechar para ir a la feria que se había instalado al otro lado de la ciudad como parte de las celebraciones de otoño. Iván igual tenía planes, pero no para salir, su idea era ir directo al departamento para poder pasar la tarde con Alfred, después de todo el mayor tenía la tarde libre y el fin de semana no trabajaba, lo cual significaba que sí tenía suerte quizás podrían dormir juntos luego de ver un par de películas.

Luego de pasarse las últimas dos horas de clases demasiado distraído como para anotar los deberes para el fin de semana, por fin escuchó el timbre de salida y tomó sus cosas para irse rápidamente a casa, sin hacer mayor caso de sus compañeros.

De camino paso a comprar un par de dulces a la pastelería que sabía le gustaba al americano y luego de media hora por fin pudo llegar al edificio donde vivía. Cuando llegó al sexto piso, saco sus llaves y dudo un poco entre si ir primero a su departamento a dejar sus cosas o ir directamente al del americano, aunque al final la segunda opción gano.

Volvió a guardar sus llaves en el bolsillo y camino hasta la puerta del otro, golpeando de forma suave. Quizás primero debió enviarle un mensaje para asegurarse que estuviera.

Después de ordenar un par de papeles y hablar con su ultimo cliente se dirigió a su departamento, donde se ducho antes de hacerse una taza de café e instalarse en el sofá.
Estaba feliz, puesto que mañana, viernes, era su día libre, así que planeaba quedarse toda la noche de hoy haciendo lo que sea lo que se le ocurriera hasta caer dormido.

Comenzó viendo televisión hasta que no encontró qué más ver, así que pasó a su computadora donde se puso al día con algunas series de Netflix.

Las horas pasaron y cuando se dio cuenta ya eran las siete de la madrugada del día viernes. Ya tenía sueño y apenas podía entender lo que pasaba en la pantalla, así que apagó el aparato y se levantó del sillón con intensiones de arrastrar sus pies hasta la cama, pero al oír del otro lado de la puerta principal que alguien abría la puerta de su departamento se quedó quieto, atento al sonido de los pasos apresurados que se escucharon después de que cerraran la puerta.

Sonrió para si mismo y murmuró unos "que tengas un buen día" mientras miraba la puerta. Estaba seguro que esos pasos fueron de Iván.

Se dirigió a su cama, abrió las sabanas y se hundió en ellas, haciéndose ovillo mientras bostezaba. Fijó la vista en la almohada que tenía al lado de la suya y, mientras pensaba en lo agradable que sería tener al menor a su lado para abrazarlo y dormir a su lado, poco a poco sus parpados comenzaron a cerrarse hasta cerrarlos por completo al caer dormido.

Abrió los ojos lentamente, escuchando a lo lejos apenas unos golpes, pero fueron tan leves que no lograron llamar del todo su atención. De seguro fueron en el departamento de lado, pensó antes de volver a cerrar los ojos y acomodarse para volver a dormir, pero volvió a abrirlos al estirar una de sus manos en busca de su celular que estaba en la mesita de noche. Al dar con éste lo acercó a su rostro para mirar la pantalla, viendo con asombro que eran casi las cuatro y media de la tarde.

- Oh god, esto es demasiado. -murmuró, sentándose para estirarse, apenas alzando los brazos cuando escuchó nuevamente unos golpecitos. Miró extrañado la puerta de su habitación al pensar que probablemente llamaban a su puerta y no a la de otro departamento. Bueno, no perdía nada en ir a ver, además ya era demasiado tarde para aún seguir en cama.

Cuando iba de camino a abrir se miró de reojo en uno de los espejos de medio cuerpo que estaban en el pasillo. Tenía el cabello desordenado y andaba sólo con una camisa y boxers, no obstante siguió su camino a la puerta, ahora estando más seguro que los golpes provenían del otro lado al volver a oirlos.

- Ya voy! -anunció, rascándose un poco la nuca antes de abrir la puerta. Al ver quien tocaba sonrió ladino y se hizo a un lado para darle la pasada a su departamento.- Buenos di--tardes, Iván, ¿cómo te fue en la escuela? -que mejor despertar y a los pocos minutos ver al chico que lo trae loco.

A medida que pasaba el tiempo más se comenzó a cuestionar su idea de haber venido. Habían hablado de juntarse pero al final nunca habían concretado o quizás sobre entendió las palabras de Alfred... y si de algo estaba seguro era de que debió escribirle un mensaje para preguntarle si es que tenía tiempo libre o no.

Decidió tocar una última vez antes de darse por vencido y volver a tomar sus llaves para volver a su departamento, aunque cuando estaba por darse la vuelta escucho ese "ya voy" y supo que por fin Alfred había decidido hacer acto de presencia.

Cuando el otro al fin abrió la puerta supo de inmediato el porque había tardado tanto, la forma de medio vestir y el cabello desordenado lo delataban por completo y la verdad era casi gracioso verlo de esa forma.
─ ¿Siempre sales a recibir a tus visitas en esas fachas? Creo que me comenzaré a poner celoso ─estaba bromeando claro (en parte al menos) y entro al departamento, estirandose un poco para darle un beso en los labios al americano antes de sacarse el bolso de colegio─ Bien, lo usual ─dijo con una sonrisa, no pudiendo evitar mirar al otro de arriba a abajo, siempre le gustaba ver al otro con ese aspecto desordenado, le parecía que iba mucho más con su esencia que el empaquetado traje de oficina─ Aunque creo que llegue a despertarte... Si quiere puedo volver en un rato más para dejarte dormir la siesta.

─ Sólo las visitas privilegiadas. ─respondió con rapidez, alzando ambas cejas al oír lo de ponerse celoso. Aunque fuera una broma eso le hizo feliz.

Correspondió el beso y estiró uno de sus brazos para cerrar la puerta.─ ¿Así que "lo usual"? Eso suena aburriiiido. ─caminó hasta ubicarse en medio de la sala, mirando la cocina hasta que escuchó lo ultimo.─ Creo que no necesitaré una siesta después de todo lo que dormí ¡Hace años no dormía tanto! Siento que volví a mis días de estudiante, cuando los fines de semana dormía como un oso invernando. ─iba a agregar algo más pero se dio cuenta lo viejo que se escuchaba al contar sobre sus años de alumno.─ ¿Qué llevas ahí? ─preguntó, apuntando la caja que llevaba Iván.

Eso le gusto más, un "recibimiento especial", era bueno saber que habían llegado al nivel de confianza donde Alfred no tenía problemas en ir a abrirle la puerta aún estando en ropa interior.

─ Fue aburrido ─confirmó, pensando en que realmente química no es su materia favorita y no va a intentar verle lo entretenido a eso.

Le dedicó una mirada divertida al escuchar lo de sus años de estudiante, tuvo que morderse la lengua para no decirle lo viejo que parecía─ ¿Aún eres capaz de recordar esa época? ─bien, al menos intento no molestarlo... pero no le funciono.
Alzó un poco la caja y se la entregó al otro para que la pudiera abrir─ Pase a la pastelería a comprar un par de dulces─dijo mientras se quitaba el abrigo y lo colgaba.

─ Hey, que sepas que tengo una excelente memoria. ─por algo estudió derecho y es un excelente abogado... Iván es una excepción a la regla.─ Así que cuidado con lo que dices porque lo recordaré hasta el fin de mis días! ─la verdad es que no tiene una excelente memoria, sólo es buena cuando se trata de video juegos, películas, artículos de derecho, libros, casos y... todo relacionado al área de derecho, para el resto es algo olvidadizo. Oh, pero cuando se trata de Iván también tiene una excelente memoria. Sí, de nuevo el menor es una excepción.  

─ Oh... ─se le iluminó el rostro al recibir la caja con los dulces, mirando ésta con asombro antes de llevarla a la cocina y colocarla sobre la mesa.─ ¿compraste de los que me gustan? ─abrió la caja sin esperar respuesta, la cual se respondió al ver los dulces en su interior. Volteó a mirar al menor para darle una gran sonrisa y lanzarle un beso─ ¿Te he dicho cuanto te amo? ─ese chico sabe cómo hacer feliz a un viejo con algo tan simple como dulces.─ ¿Los comemos ahora? Podríamos comerlos con algo de té y café, ¿qué tal?

Solo sonrió por eso de la memoria, no se lo podía negar, Alfred había demostrado tener una excelente memoria... al menos cuando se trataba de hablar de leyes, artículos de la constitución, películas y video juegos. También solía recordar detalles sobre la vida de Iván que el mismo ruso no solía tener en cuenta.

Le siguió hacía la cocina solo por el placer de ver su expresión cuando viera los dulces, sabía que había traído los que más le gustaban al americano─ Hoy día no ─respondió mientras se apoyaba contra una de las sillas─ Suena bien, además luego de despertar debes tener hambre... ni siquiera haz almorzado ¿cierto?

Verdad que hoy no le ha dicho cuanto le ama... ¡Ni siquiera por mensaje de texto!

─ ... No, no he almorzado. ─murmuró avergonzado.─ Well, será mi desayuno-almuerzo, ¡el mejor que un hombre de veinte-siempre puede tener! ─exclamó, acercándose a Iván para abrazarlo y besarle en la mejilla.─ Y aquí tengo el mejor compañero para mi desayuno-almuerzo. Compañero que pondrá a hervir el agua mientras pongo la mesa, ¿no? ─le dio otro beso en la mejilla y luego le dio uno en la oreja.─ Gracias, te amo. ─susurró, ciñendo el abrazo unos segundos antes de apartarse e ir a poner la mesa.

─ No deberías saltarte las comidas ─y ahí va, cuando debería ser al revés ese tipo de regaños, aunque por suerte Alfred fue lo bastante inteligente como para abrazarlo y besarlo en la mejilla para que pudiera distraerse.

Asintió a lo de hervir el agua y luego tuvo un escalofrío por culpa de ese beso en la oreja, aunque igual pudo ser por ese te amo que le susurraron y que aún luego de más de un año juntos le sigue causando un cosquilleo que asocia a nerviosismo, felicidad y un sin fin de emociones.Alcanzó a corresponder el abrazo y darle un beso en la mejilla antes de que el otro se apartara, aprovechando para ir a buscar la tetera y ponerla al fuego de la cocina.

─ ¿Te molesto si me quedo a dormir hoy? ─preguntó luego de unos momentos, mirando al americano en busca de cualquier gesto que delatara una respuesta que no fuera la que pronunciara─ Como mañana tienes libre creí que podríamos aprovechar de ver películas.

Le impresionaba y le causaba ternura las veces en que los papeles se volteaban e Iván terminaba siendo el "mayor" entre ellos. Es que ver a un chico tan lindo como el eslavo preocupándose por un viejo como él era simplemente adorable.

Colocó un par de platos y tenedores en la mesa, yendo a buscar el azucarero para ponerlo en medio de ésta junto a las servilletas. Estaba sacando las tazas del mueble cuando escuchó esa pregunta, así que se quedó quieto lo que duró un segundo y después se volteó para sonreírle y encogerse de hombros.
─ Sabes que no tengo problemas con que te quedes a dormir. Por mi es un placer tenerte en mi-- a mi lado por las noches, después de todo eres muy cómodo y abrazarle. ─trató de sonar lo más tranquilo posible, pero... oh fuck, estuvo a punto de decirle que era un placer tenerlo en la cama. Eso se podría malinterpretar y derivar a algo que llevaba evitando desde que Iván comenzó a querer algo más que sólo abrazos y caricias.

─ Me encanta la idea de ver películas. ─dijo rápidamente, tomando las tazas para ir a dejarlas sobre la mesa.─ ¿Tienes algunas en mente? ─fue a por las bolsas de té y el frasco de café, aprovechando también de sacar las pastillas de sucralosa.

Si, bueno, los papeles a veces se volteaban por algo y era porque el "viejo" muchas veces parecía guardar conductas más propias de un adolescente.

Se dio cuenta del cambio de palabras y pensó en molestarle un poco con eso pero luego recordó como habían terminado las veces donde "presiono un poco más" y Alfred lograba esquivarlo épicamente y él quedaba con una sensación de rechazo que no le gustaba en absoluto.
─ Khorosho, mi padre no llega hasta la otra semana así que no hay posibilidad de una "llegada sorpresa" ─porque eso había pasado una vez, que él se estaba quedando a dormir en el departamento de Alfred cuando de noche escuchó claramente la voz de su papá hablando por teléfono en el pasillo.

─ Estaba pensando en Interestellar... la otra vez cuando la comenzamos a ver luego no alcanzamos a terminarla, me gustaría poder verla de principio a fin ─dijo, justo para cuando se escuchaba el silbido de la tetera, la cual fue a apagar para luego llevarla hacia la mesa─ Las otras puedes escogerlas tú.